Escrito por: Tomás Dahua
8 de marzo de 2025
Desde las primeras páginas de la Biblia, se revela un propósito trascendental para la existencia humana: glorificar a Dios. Esta verdad fundamental no excluye a la mujer; por el contrario, la define en su esencia y le otorga un llamado único y significativo.
Contrario a las corrientes de pensamiento que centran la existencia en la autodefinición y la realización personal, fuimos creadas por Dios y para su gloria. Isaías 43:7 nos dice que Dios creó a sus hijos e hijas para su gloria. Ser mujer no es un accidente biológico, sino un acto intencional de Dios con un propósito vital específico. Por lo tanto, descubrir y abrazar con gozo el diseño espectacular de Dios es el primer paso para vivir para su gloria.
El pecado introdujo una distorsión en la imagen de Dios en la humanidad, inclinando el corazón hacia la búsqueda de la propia gloria en lugar de la de Dios (Ec. 7:29). Sin embargo, a través de la redención en Cristo Jesús, esa imagen puede ser restaurada. La vida, muerte y resurrección de Jesús, junto con el poder del Espíritu Santo, capacitan a la mujer creyente para creer y obedecer la Palabra de Dios, viviendo bíblicamente y reflejando su gloria. Nuestra vida no nos pertenece; necesitamos reorientarla hacia nuestro Creador y rendirnos por completo, viviendo como sacrificio vivo para su gloria. Una mujer piadosa es aquella cuya vida está siendo moldeada por la Palabra de Dios. Ella es un reflejo de su gloria.
La gloria de Dios puede manifestarse en cada aspecto de la vida de una mujer, trascendiendo sus circunstancias:
En el Matrimonio:
Dentro del matrimonio, la mujer tiene la oportunidad de glorificar a Dios al vivir su rol de esposa conforme al diseño divino. Esto implica hacer el bien a su esposo todos los días de su vida, ser ayuda idónea. Sujeción, amor y respeto son expresiones prácticas de una vida matrimonial que honra a Dios.
En la Maternidad:
La maternidad es presentada como una misión sagrada. Aunque el mundo esté obsesionado con la perfección, la madre cristiana puede descansar en Cristo. Criar hijos en el temor del Señor es una participación privilegiada en la obra de Dios. Incluso las tareas aparentemente triviales; como la preparación de la comida, alistar a sus hijos para el colegio, ir de compras, se realizan para la gloria de Dios. La maternidad es también un medio de redención, donde la fiel labor de una madre proclama la Palabra de Cristo.
En la Soltería:
Contrario a la percepción de que solo en el matrimonio se puede glorificar a Dios, la soltería también ofrece una plataforma única. Una mujer soltera puede vivir para la gloria de Dios ocupándose en las cosas del Señor para ser santa, sirviéndole sin distracciones y demostrando satisfacción en Él por encima del anhelo de un esposo. su obediencia y servicio deben estar motivados por el amor a Dios.
En el Ministerio en la Iglesia:
El mandato de Tito 2 llama a las mujeres a discipular a otras mujeres. Las mujeres mayores deben enseñar a las más jóvenes la sana doctrina y cómo vivir de manera que la Palabra de Dios no sea blasfemada. Este ministerio de mujer a mujer es esencial para la salud de la iglesia y la sociedad, permitiendo que la iglesia de Cristo se muestre más hermosa.
La revolución feminista de estos tiempos y otras filosofías mundanas presentan conceptos opuestos a la doctrina bíblica, rechazando la soberanía de Dios como Creador y los roles designados para el hombre y la mujer. Estas ideologías antropocéntricas colocan al ser humano en el centro, promoviendo la autodefinición y la realización personal por encima de la gloria de Dios. Las mujeres cristianas deben discernir estas mentiras y elegir ser dirigidas por la Palabra de Dios, abrazando su diseño real en lugar de perseguir la felicidad en sus propios términos.
Para vivir para la gloria de Dios, es imprescindible escudriñar la Palabra de Dios para que nuestras mentes sean transformadas y renovadas (1 Co. 10:5). La sana doctrina, centrada en Dios, tiene implicaciones para la vida diaria. Esta manera de vivir solo puede ser abrazada por una mujer que ha creído en Cristo, se ha rendido a la autoridad de la Palabra y está llena de su Espíritu. Nuestro propósito no es vivir para nosotros mismos, sino para reflejar la gloria de Dios en cada aspecto de nuestra existencia.
Cada mujer encontrará su mayor satisfacción y sentido de la vida, no buscando ocupar la función del hombre, sino cumpliendo el plan de Dios para ella; en fe, amor y santificación. Cada mujer existe para un solo propósito: traer gloria a Dios.
Esto requiere una batalla constante contra las mentiras del enemigo y una firme decisión de seguir la Verdad. El anhelo de cada hija redimida debe ser que Cristo obtenga toda la gloria debida a su nombre. Esto no se logra a través de revoluciones mundanas, sino a través de la humildad, la instrucción bíblica y la vivencia del patrón bíblico de la feminidad.
Que cada mujer cristiana se una a estas verdades, motivada a vivir para la gloria de Dios, anunciando el evangelio con sus vidas y palabras, y reflejando la belleza del diseño de Dios para la mujer en todas las etapas de su vida.
Tomás Dahua
Está casado con Marisol, y juntos son padres de Zaira, Astrid y Xoan. Es pastor de la Iglesia Bíblica Bautista La Encalada, donde es responsable de predicar regularmente la Palabra de Dios. Publicista de profesión y amante de la música y la lectura. Ha sido ordenado al Ministerio del Evangelio en el año 2022.
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